No todos los protectores de suelo son iguales. Discernir la diferencia entre un producto de alta calidad y uno de baja calidad puede ahorrarle costosas reparaciones de suelo a largo plazo. La primera señal de calidad es el material en sí. Las almohadillas de fieltro de primera calidad son densas y gruesas, no delgadas y endebles. Deben estar hechas de fibras naturales o sintéticas de alta calidad que resistan la compactación bajo presión. Para los protectores de plástico o goma, busque materiales que estén explícitamente etiquetados como no manchantes y no marcantes para asegurar que no decolorarán su suelo, especialmente en condiciones de humedad o durante largos períodos.
El respaldo adhesivo es igualmente crítico. Un adhesivo barato y débil hará que la almohadilla se deslice o se mueva, dejando su suelo expuesto. Un adhesivo de alta calidad es fuerte, permanente y está diseñado para adherirse a varias superficies como madera, metal y plástico sin dejar un residuo desordenado cuando finalmente se retira. El diseño también debe ser considerado; los bordes biselados evitan que el protector se enganche en los bucles de la alfombra, y un tamaño apropiado para el peso del mueble asegura una correcta distribución de la carga. Finalmente, los fabricantes de renombre indicarán claramente los tipos de suelo y las capacidades de peso compatibles para sus productos, brindándole la confianza de que está tomando la decisión correcta para su hogar.
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